Él solía poner en duda cada una de sus palabras y dañar más deprisa de lo que ella tardaba en curarse.
Cada kilómetro de su espalda, resquebrajaba cada uno de una manera distinta. Y ella sólo iba dejando aquí y allá pruebas inexactas de pensamientos confusos.
Y hay veces que ni eso.
Golpear y resbalar indistintamente de pie y frente a la pared.
Sentimientos entre abrazos, y al día siguiente distancia...
Él solía preguntarle si mentía y ella sangraba de pensarle.
Amor... (Como dueles)
Sentimientos que no importaban, pero allí estaba ella. Regalándole todo, recibiendo nada.
Antes, mucho antes de que jugara a hacerle daño, aprendió a esconder sus cicatrices, a contar los días y a perderse por las noches...
Y aprendió a trompicones un montón de tonterías, a transformar sus gritos en horizontes invirtiendo su sentido, y aguantando las caídas, mientras gritaba en silencio...
"¡Que ya pare, que ya basta! Que no vas a poner en duda ni una más de mis palabras."
A.
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(And hold your own, know your name and go your own way...)
Lápices de colores y rotuladores-.21/02/2014.- Alba R. Porlan |
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